Ivrit ba Gan
El proyecto de enseñanza del hebreo en el jardín está a cargo de la morá Yael Feldberg, llegada hace poco tiempo de la propia Eretz Israel. Estuvimos con ella y los chicos de las kitot de 3, 4 y 5 años, para relatarles a los lectores algunas escenas de sus muy entretenidas e interactivas clases.
Aprovechando el recurso del televisor, les muestra a los niños imágenes de nuestra mediná, su país natal. Así, aparecen símbolos patrios como la bandera, cuyas franjas azules nos recuerdan el color del mar (que a pesar de su nombre no era precisamente de tonalidad rojiza) que cruzó Moshé con el pueblo de Israel en la salida de Egipto. La estrella central no es semejante a otras –dice la morá- es el Maguén David, el escudo de David, que está ahí para protegernos.
¿Por qué nuestro Gan se llama Ierushalaim? ¡Por la ciudad de Jerusalén, claro! Entonces nos presenta fotos de ese hermoso y tan importante sitio para todo el pueblo judío. Aparecen en la pantalla, una cúpula dorada y brillante y el sagrado Kotel Ha Maaravi, el muro de los lamentos.
¿Y ese señor tan serio, cuyo rostro porta una tupida y oscura barba? Es precisamente quien tuvo la gran idea de crear el hogar nacional del pueblo judío, el Estado de Israel; se llamaba Teodoro Hertzel.
Entre miradas de asombro, preguntas y explicaciones de la morá, respuestas y nuevas preguntas, los chicos del jardín se apropian de contenidos sobre el idioma hebreo y la cultura judía, que les permitirán construir su identidad y vínculo con nuestro pueblo.