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Los alfareritos de la kitá de 4 años

Septiembre nos encontró ¡con las manos en la masa! Y la propuesta llegó del área de plástica y acompañados de “Pupi”, la mamá de Valentino Bobbato, que nos ayudó a vivenciar una experiencia movilizadora.

Trabajamos con arcilla y comprobamos su textura suave y maleable. Luego, el aire la secó y se endureció. Lo más sorprendente fue contemplar cómo el fuego también hizo su trabajo.

Improvisando un par de hornos caseros, comprobamos que el fuego quema, endurece, transforma. La arcilla se convirtió en cerámica y en todos los corazones quedó la emoción de ver el fuego en acción.

Bien ahumados y con una consistencia más resistente que la de la arcilla, tenemos a disposición de la próxima mesa de Shabat, un hermoso candelabro que nos recuerda el gusto de las cosas creadas con las manos y rodeados de amigos.

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