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¿Mi Aní? ¿Quién soy?

El pasado viernes 1 de abril, compartimos una ceremonia muy especial en el Beit Midrash de nuestra escuela. Los chicos de Kitá Alef, entusiasmados y felices, recibieron un diploma en el cual consta su nombre en hebreo con el que serán llamados durante el horario del Área Judaica.


En el judaísmo el nombre en hebreo, que es dado a conocer en el Brit Milá de los varones y en el Simjat Bat de las nenas, le da a los padres la oportunidad de poner en palabras sus emociones: honrando con ese nombre la memoria de alguien querido que ya no está, optando por alguno cuyo significado refleje cualidades deseadas para nuestro hijo/a, o por el de algún profeta o antepasado bíblico que cuya vida represente un ejemplo a seguir. El nombre en hebreo es el que nos llega desde nuestra milenaria historia y también desde el fondo de nuestro corazón, porque sepamos o no hablar hebreo, es la lengua de nuestro pueblo y está grabada en nuestro inconsciente desde el pacto que Abraham, el primer hebreo, selló con Adonai. Un pacto que renovamos, no sólo con el Brit Milá sino también con otros actos como el de incluirlos en la vida comunitaria y elegir para ellos una educación judía.




Cuando recibimos en la escuela primaria a los pequeños de primer grado nosotros también sellamos un pacto con sus familias, tal como Adonai lo hizo con Abraham. En esta especial ceremonia, y como parte de ese pacto, nos comprometimos a darle un lugar al nombre en hebreo que eligieron para sus hijos. A partir de ahora cada uno de ellos tendrá la oportunidad de ser llamado así en una buena parte de la jornada escolar, facilitando que se identifiquen con ese nombre tan significativo para sus familias y para todos nosotros como pueblo. Fue un momento de gran emoción para todos y seguramente se convertirá en tradición. ¡Kol Hakavod para los protagonistas, sus familias y sus morot!

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