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“ESTE DÍA VALE POR MIL DÍAS” - Iom Jesed

Podríamos comenzar citando a Benjamin Franklin, o a Pirkei Avot, o a la Torá misma. Sin embargo, lo mejor de este proyecto es que el involucramiento, las obras de bien y la comprensión de que las mitzvot son terrenales (y no celestiales) excedieron las palabras y pasaron por el cuerpo de nuestros alumnos. Y de muchas otras personas…

Esta nueva edición del Iom Jesed (día de la obra de bien) trajo como novedad la participación de cuatro kitot, y promete seguir multiplicándose. Durante los lunes de junio, alumnos de ambas divisiones de 3º y 4º año de nuestro colegio secundario se embarcaron, junto a sus morot y preceptores, en una jornada que tiene como objetivo poner en práctica algunas de las mitzvot que se estudian durante el año en Tanaj: “tzedaká”, “respeto a los ancianos”, “visita a los enfermos” y “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El día transcurre fuera de la escuela, pasando por diferentes instituciones u organizaciones donde se aprenden y ejercitan cada uno de estos preceptos.


En el Centro Unión Israelita pudieron observar de primera mano la labor inigualable de las voluntarias de Asistencia Social Comunitaria y llevar donaciones. Ahí conocieron el trabajo diario de la tzedaká, recorrieron el lugar, se interiorizaron acerca de las necesidades básicas a cubrir, observaron la preparación de los bolsones de comida y cómo se selecciona la ropa y los elementos específicos que se entregan. Un encuentro inspirador y edificante.


Continuando con el itinerario, llegaron al Geriátrico Santa Ana. Allí los alumnos compartieron con los abuelos un momento de alegría y calidez. Durante una hora colmaron el hogar de bailes, canciones, rondas de chin-chon, juegos y charlas sobre historias de vida entre dos generaciones. La presencia en el hogar de nuestra exmorá de shirá (música), Esther Burijovich, hizo más enriquecedora la experiencia: atemporales canciones en hebreo resonaron en las voces de nuestros chicos y en el alma de la morá Esther.


Luego del almuerzo “a la canasta”, cada grupo arribó a la Escuela especial Dr. Jerónimo de Moragas, institución para alumnos con necesidades educativas especiales. Allí nuestros chicos desplegaron entretenidas actividades lúdicas y recreativas que habían preparado con entusiasmo. Junto con los alumnos de la escuela especial pasaron gratos momentos de diversión y enriquecimiento mutuo.


El corolario de la jornada fue la visita al Hospital de Niños, donde los talmidim palparon la difícil realidad de los chicos internados y se involucraron en ella. Con cuentos, pelucas, globos y crayones, contagiaron felicidad y sonrisas a los pequeños, sabiendo que esos momentos de juego y diversión que les regalan son parte importante de su curación. “Los chicos salen muy movilizados y nos movilizan mucho a nosotros. Terminan la actividad muy contentos, agradecidos y pensando en cómo continuar”, nos cuenta la Morá Vale. Similares apreciaciones expresan la Morá Meital de 4º año, los preceptores Diego y Marcos, y las dos voluntarias que acompañaron en sendas oportunidades a los chicos: la Morá Diamela y Mora Stiberman.


“Aprendí que haciendo cosas simples podemos alegrar el día de alguien, por ejemplo con un globo en el hospital, charlando en el geriátrico o jugando en la escuela. Este día me hizo pensar que hay que agradecer nuestras posibilidades, que no tenemos ninguna enfermedad y que ojalá cuando sea grande me den bolilla (…) Por eso les dije el lunes a mis compañeros que ESTE DÍA VALE POR MIL DÍAS relata sobre su experiencia un alumno de tercer año B.

“Lo ba’shamaim hi…” Porque la Torá no está en el cielo.






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