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Costumbres argentinas

El pasado miércoles 20 la jornada de clases de los alumnos del secundario se tiñó de música, colores y sabores patrios para celebrar el 25 de Mayo. Este año, la conmemoración fue doble ya que además de la tradicional presentación, los alumnos del centro de estudiantes organizaron un almuerzo con comidas típicas.

Todos los cursos, acompañados por sus profesores, preceptores, directivos y las banderas de ceremonia, se reunieron en el patio para el acto principal. El área de matemática a cargo de las profesoras Mariela Pazos, Analía Cristante, Constanza Villagra y Paula Mincoff fueron las responsables de la organización y conducción de este acto. La profesora Analía Cristante marcó la esencia de la conmemoración con un emotivo discurso mediante el cual instó a los jóvenes a asumirse responsables de defender los valores por los cuales lucharon los “héroes de Mayo”. En sus palabras, destacó el protagonismo que tuvo el diálogo imponiéndose sobre la violencia en el camino hacia la independencia, proponiendo así el intercambio de palabras como un ejemplo a seguir para los alumnos.

Para el momento artístico de la presentación, las vestimentas de época, los zapateos y los aplausos se hicieron presentes. Los chicos de 5º año nos deleitaron con la interpretación de un baile folklórico, una alegre chacarera, poniéndole ritmo a la mañana.

La celebración de la revolución de Mayo concluyó con unas ricas empanadas criollas y un plato de humita servido para el almuerzo. Esta fue una idea que planteó y coordinó el Centro de Estudiantes con los encargados de la cocina para compartir un plato “bien argentino” con sus compañeros.

Compartimos e invitamos a todos a leer el texto de la profesora Analía Cristante:

“Con orgullo nos reunimos hoy para celebrar este nuevo aniversario de la constitución del primer gobierno patrio, a partir de un presente que nos impone un desafío tan fuerte como aquel que tuvieron que afrontar los hombres de mayo.

Hoy como ayer, como miembros de un pueblo que quiere ser dueño de sus decisiones, somos convocados a asumir con resolución y coraje la noble tarea de construir solidariamente los caminos que nos conduzcan hacia las metas que todo hombre desea para sí y para sus hermanos: la libertad responsable, la fraterna igualdad, la oportunidad de vivir una vida de valores trascendentes.

Hoy venimos a renovar aquellos sentimientos, los más preciados, los que inspiraron la gesta fundacional de la historia: amor por la tierra que nos vio nacer, fortaleza ante los inesperados desafíos, tenacidad y perseverancia, conciencia cívica.

Es oportuno recordar que en la gesta de mayo prevaleció la pluma sobre la espada; recordar que primero fue el encendido diálogo y sólo después la inevitable sangre derramada; que fue la palabra la que dio alas a la revolución y no el ruido beligerante de las armas. Las ideas antes que la ciega fuerza.

Una premisa señalaba el camino: la razón es el alma de la ley. Porque la razón, estaba ausente de las decisiones de los despóticos gobiernos coloniales; como ha estado ausente también en tantos otros después de mayo de 1810, en los cuales la soberanía popular no se respetaba.

Lo más valioso que la gesta de mayo nos ha legado, es el ejemplo de una generación –la fundadora de la Patria- que optó por el diálogo para establecer razones antes que por la violencia para imponer conductas. Una generación que exhibió el personal testimonio de una vida de renuncias sin fin, de sacrificios sin recompensas mezquinas, todo ello en aras del bien común. Una generación que combatió la violencia de un estado despótico con la fuerza poderosa del espíritu educado en la más severa y exigente escuela: la de las virtudes cívicas, la de la solidaria búsqueda de la verdad, la del esfuerzo intelectual y la disciplina moral.

Estos ideales dieron a la causa revolucionaria, como exquisito fruto, sus mejores hombres: Mariano Moreno, Juan José Paso, Juan José Castelli, Manuel Alberti, Manuel Belgrano, Juan Ignacio Gorriti, el deán Gregorio Funes y tantos más que fueron apasionados portavoces de los ideales de libertad e igualdad y testimonio de las virtudes que constituyen el alma de la Nación.

Alguien dijo que interpretar Mayo era conocer a Moreno. En “La Gazeta”, el órgano periodístico que creó y dirigió, se leen sus ideas que hasta hoy resultan las guías de los mejores espíritus políticos: libertad a los esclavos, igualdad y justicia para todos, respeto por la condición humana, educación para el pueblo, muerte a todo orden social oprobioso, emancipación continental, ejemplo y austeridad en los gobernantes, el pueblo como fuente del poder.

El Estado, o las instituciones son lugares donde se deben ejercer las responsabilidades confiadas por la ciudadanía para su propia protección y el buen funcionamiento de la sociedad.

Los héroes de Mayo son el mejor ejemplo para quienes tienen las responsabilidades de gobierno, ejemplos de coraje cívico, de austeridad y desprendimiento, de fuerza moral. Ellos comenzaron a andar el camino republicano y democrático, y a nosotros hoy nos corresponde, como sociedad, defenderlo y consolidarlo en el ámbito de la legalidad y de las instituciones.

Rendir tributo a la Revolución de Mayo implica recuperar el sentido de grandeza y de responsabilidad colectiva que, a pesar de las discordias y luchas internas, imbuía a los padres de la Patria en ese momento fundacional. El camino para conseguirlos va a ser arduo, y no podrá separarse del reencuentro de la sociedad con las voces y los intérpretes que la representen.

La conducta de los hombres de mayo de 1810 constituye el mejor ejemplo de vida para cada uno de ustedes alumnas y alumnos, que llenos de nobles ideales, inician y deben consolidar la construcción de su conciencia ciudadana.”

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